Te invitamos a conocer al destacado  fotógrafo Jose Coello, quien se une a la comunidad de LAB Altea. Él nos habla sobre las bondades del trabajo colaborativo y repasa parte de su historia, que le ha traído de vuelta a su pueblo de origen, Altea, tras más de una década fuera. Todo esto en un viaje que conjuga nuevas dinámicas de trabajo y un retorno a los espacios más íntimos y personales de su profesión.

Jose es parte de una familia con una extensa tradición fotográfica que partió con su abuelo hace más de 80 años. A temprana edad partió a estudiar a Barcelona y desde allí su carrera lo ha llevado a trabajar con empresas y personas de diversas nacionalidades además de residir en distintos países.

«Lo he probado todo pero lo que más me ha gustado es sentarme con un cliente, pensar en una idea, un estilo y a partir de allí trabajar sobre ello».

Altea, un escenario conocido.

Imagen disponible en la web www.josecoello.com

El retorno a la Costa Blanca a comienzos de 2020 tras vivir y trabajar en Brístol los últimos años, ha supuesto una modificación en la forma que tenía de trabajar pero a la vez una oportunidad de explorar y crecer en otros ámbitos.

“Yo tenía miedo de volver  a Altea por las limitaciones laborales, pero aquí hay un montón de oportunidades; solo hay que buscarlas. Es un pueblo muy creativo, donde hay muchos artistas y luego gracias a las redes sociales, por ejemplo, se está necesitando tanto contenido visual como fotográfico”. 

 

 

 

Admite además que este proceso ha traído consigo muchas bondades. “Ha sido un equilibrio muy bonito porque sigo trabajando con empresas grandes pero no es mi main goal. Me encanta trabajar con empresas pequeñas, con negocios locales, espacios más familiares que te dan mucha más libertad a la hora de ser creativo. La presión es menor y la satisfacción es la misma”.

LAB Altea

Jaume Lloret y Jose Coello

La experiencia de trabajar en un espacio colaborativo no es la primera para Jose, quien reflexiona sobre las cualidades de esta dinámica y el impacto que tiene tanto a nivel personal como profesional.

“Pienso que en España tenemos una mentalidad de lo mío es mío y no quiero compartir. Hay que abrir un poco la mente. Los coworking ayudan a socializar, a compartir conocimientos y colaborar. Yo creo que es algo fundamental trabajar en comunidad, en equipo. A la vez respetando lo que hace cada uno y ayudándonos los unos a los otros. 

“Gracias a que yo me metí en un coworking en Inglaterra mi vida laboral comenzó a crecer, algo que desde casa es muy complicado”.

 

Proyectos personales: Humanity

Imagen disponible en el perfil de IG somos.humanity

Uno de los desafíos que ha enfrentado es rescatar espacios de puro placer en su profesión. Cuando te dedicas a lo que te gusta, llega un momento que no puedes hacer las cosas quieres porque estás trabajando para clientes con proyectos y pierdes un poco esa parte de hobby. Llegó un momento en que dije necesito hacer algo sin presión, que sea para mí».

Es en esa búsqueda ha creado el proyecto Humanity que, a través del retrato como herramienta principal, busca conocer y aprender de diversas personas.

“Comencé con el proyecto Humanity, hablando de la persona, dejando de lado el ámbito laboral y enfocándome en la parte humana. Buscar la conexión con uno mismo, la naturaleza y el entorno. Estoy aprendiendo mucho de los demás.

Puedes revisar este y otros trabajos aquí.